Mac Ramsey (former agent of NSA, now BHU)

miércoles, noviembre 15, 2006

Wiskey in a Jar III (la del estribo...)

"¡Esto es inadmisible!
¡Un escándalo!
¿Acaso el Ministerio de Salud no los controla?
¡Y dicen ser una clínica seria!
No hace ni 40 minutos que estoy y ya vi que sacaban 3 ó 4 bolsas negras, de esas que llevan cuerpos adentro. Me niego a quedarme acá y salir de la misma manera.
¡Mi abogado se comunicará con ustedes!"

Que actuación, estoy listo para hacer un casting donde sea!

Luego de haber recuperado mis ropas y de haber armado un escándalo digno de una novela barata (de esas que pasan a las 3 de la tarde), me voy hacia la salida del complejo, no sin antes pasar por la morgue a recuperar al agente "muerto".
Me escabullo subrepticiamente, esquivando algunos guardias y me interno en la morgue. Le inyecto el suero y ambos salimos por la puerta de atrás.

Y a manera de "chivo", podemos cerrar esta misión con un "keep walking..." (Gracias Johnnie!)

lunes, octubre 30, 2006

Wiskey in a Jar II

Desemboco en una sala de espera, y a mi mano derecha una escalera que conduce hacia abajo.
Dos preguntas se me ocurren; primero:
para qué la sala de espera, si por acá no viene nadie?
y segundo: a dónde lleva la escalera?
Rápidamente respondo mi segunda pregunta bajando por las mismas, hasta un largo corredor donde puedo divisar la lavandería de la clínica. No mucho de mi interés, así que subo nuevamente hasta la sala de espera (donde no pienso esperar). Aprovecho que uno de los enfermeros sale a hacer una ronda y me escabullo oportunamente por la ventanilla de atención al "público."

"... yo no quiero ser doctor solo quiero ser un en-fer-mero.... uu ooo uu ooo o!"

Luego de desanudar el nudo de corbata que le hice al enfermero de guardia (un poco ajustado de más, debo reconocer), escondo el cuerpo y me visto con su uniforme. Tomo unas llaves y otra tarjeta magnética para abrir puertas y bajo hacia el celdario (área médica mis polainas!). Enseguida encuentro a mi objetivo y me pasa los datos necesarios para culminar su tarea inconclusa. Un jefe mafioso internado en la clínica por sus problemas con el alcohol (su problema básico es que tiene dos manos y sólo una boca!).
Luego de inyectarle el suero experimental, me comunico con la Agencia para hacer un update de la misión. Me informan (a su vez), que la situación puede sufrir cierta modificiación. Parece ser que hay una guerra interna en la familia a la cual pertenece este capo mafioso, y hay ciertos intereses en que otros 2 miembros de la misma familia (que casualmente también están internados acá) corran con la misma suerte.
El gancho: 50 "lucrecias" extra cada uno.

Vuelvo sobre mis pasos hasta recalar nuevamente en mi habitación (esta vuelta incluye también el cambio de vestimenta). Otra vez de bata, empiezo a cranear como voy a tramitar los pasaportes al otro mundo, de estos tres mafiosos.
El tiempo apremia, ya que tengo que sacar al agente "muerto" de la morgue, antes que lo procesen y le pongan el piyamita de pino con manijitas al costado.
Miro en mi "gadget" la ubicación actual de los blancos (ahora que ya los tengo plenamente identificados), y decido que lo mejor será improvisar sobre la marcha.
El objetivo principal está en la biblioteca, cuya puerta está custodiada por "securities" de la clínica (por lo cual queda descartada una acción directa). Salgo del ala de habitaciones, bajo la escalera, cruzo el pasillo central de la clínica (y pispeo hacia adentro de la biblioteca para asegurarme de que la "marca" esté allí), y subo hacia un área de descanso que se encuentra sobre la biblioteca.
Me asomo por un apartado, amueblado tipo living y puedo ver hacia abajo al primer mafioso. A mi derecha me percato de la existencia de una roldana, de la cual cuelga una hermosa lámpara de techo. Mientras hago estas observaciones, el mafia se levanta y se dirige hacia un globo terráqueo que está en el medio de la biblioteca. Lo abre y saca de su interior una botellita (y no de refresco...).

Empiná, empiná tranquilo, mientras yo coloco un explosivo en la roldana que sostiene la lámpara!


Pongo terreno por medio y me voy hacia otra zona dentro de la clínica, no sin antes detonar el explosivo.
No se si existe una luz al final del camino, pero si se que este mafioso vio una luz (que le caía arriba de la capocha!).

Gran revuelo gran.

Miembros de la seguridad e internados varios corriendo de aquí para allá. Aprovecho el "tole tole" y me mando para la sala de aparatos (musculación y otros), que es donde está uno de los mafiosos opcionales. Echado en un banco, está haciendo press con barra (o sea, acostado boca arriba levantando pesas para fortalecer pectorales).
Me coloco atrás de el (al mejor estilo "personal trainer") y lo ayudo para que no se le caiga la pesa encima...

A quién engaño?
Le bajé la barra con las pesas en el cuello ("... dame 3 de mil").

Continuando con el reparto de alegría (para mi bolsillo), me dirijo hacia la cocina, zona por la cual merodea mi último objetivo. Escondida en un rincón encuentro una botella. Evidentemente el "quia" éste viene de vez en cuando a pegarle un "beso" al pico de la misma.
Mando un jeringazo de veneno para adentro y me "pelo" cual ajo. Cuando venga a tomarse "la del estribo" se va a llevar una sorpresa (se la va a llevar para adentro).
Dicho y hecho, minutos después puedo constatar en mi "gadget" que el objetivo se tomó "los vientos".

viernes, octubre 06, 2006

Wiskey in a Jar

De vuelta en USA...

Ahora estoy en un algún lugar al norte de California, con una nueva misión (un tanto compleja). Tengo que arreglar una macana que, como no puede ser de otra manera, la hizo otro y yo tengo que salir a la cancha.
En una clínica para desintoxicación alcoholica se encuentra "internado a la fuerza" un agente de la Agencia. Debo encontrarlo con un doble propósito: primero obtener la identidad de su "marca", y segundo, inyectarle un suero experimental que genera en el cuerpo una reacción tal que los signos vitales se reducen al mínimo, creando así un estado de "muerte ficticia". El motivo de este experimento es que al agente no lo van a dejar salir de la clínica (sólo muerto).
Cabe acotar que la "marca" se encuentra internado también en la misma clínica.

Arranco a caminar por un sendero que, serpenteando sinuosamente, me lleva directamente a la puerta principal del establecimiento, en lo alto de una suave colina. A mi derecha, y enseguida de trasponer el portón de ingreso, está la morgue (si todo sale como está planeado, será mi lugar de escape), y a mi izquierda un pequeño cuartelillo de guardias de seguridad.
Con mi mejor cara de "yo no fui", transito hacia la residencia que sirve a los efectos de recepción y alojamiento. Me cruzo con algún guardia que otro y casi llegando a la cima del caminito, en una especie de área de descanso (muy prolija, con banquitos y todo), me encuentro con un posible interno, que paró un momento a fumarse un cigarrito, dejando descuidado su orden de ingreso a la clínica.
Papel papel, el que lo agarra para él...

Luego de birlar la orden de ingreso, termino de recorrer el camino e ingreso en la clínica. Procedo a presentarme en recepción y luego de asignarme una habitación, me indican que debo dejar mis ropas y otras pertenencias en el vestidor. Por suerte (y previendo este tipo de contingencias), no llevo encima ninguna "herramienta" que haga saltar los detectores de metales, como el que hay en la puerta que comunica a la recepción y lobby con los alojamientos y consultorios.
Paseando con mi nuevo modelito de bata, busco mi habitación y allí, tranquilamente chequeo mi "gadget", para ubicarme un poquito. Me encuentro en la planta alta, donde se encuentran las habitaciones, y el sitio de interés está allá lejos y allá abajo.
El agente que debo contactar está recluído con medidas de seguridad en un "alojamiento" dentro del área médica de la clínica.
Mi habitación tiene una pequeña puerta que dirige hacia un balcón, donde puedo tomar aire fresco y mirar el paisaje mientras me rehabilito. También sirve para que yo me escabulla caminando por el techo hasta encontrar algo que me sea útil.
Útil como esa tubería de desagüe que veo allí adelante.
Camino en cuclillas (para que ningún enfermito me vea) por el alero del techo y llego hasta la tubería antes mencionada. Bajo por ella y comienzo a recorrer un pequeño patio interno, que a simple vista no tiene acceso a ningún lado.
Lo que si puedo divisar es una cámara de vigilancia.
Donde hay cámara, hay puesto de control, y por lo visto en este caso, los instaladores fueron poco precavidos y dejaron el cable por afuera. Con solo seguirlo, voy a llegar hasta el centro de control. Me pego a la pared y comienzo el recorrido. Retorcedo hasta casi la altura de mi habitación y me encuentro con una caja de fusibles y una ventana abierta.
Casualmente (y para mi ventaja) puedo ver a través de la misma el centro de control, con un guardia de seguridad sentado convenientemente de espaldas a la ventana.
Primer paso: meter mano en la caja de fusibles y descomponerla.
Segundo paso: esconderme en los alrededores.
Tercer paso: esperar a que el guardia salga a ver que pasó.
Cuarto paso: acercarme cautelosamente y practicar quiropraxia con él (a la altura del cuello).

Crack!

Quinto paso: deshacerme del cuerpo (no sin antes tomar prestado su uniforme).
Una vez dentro de puesto de control, tomo todo lo que me pueda servir (tarjetas magnéticas para abrir puertas, el cassette de video de la cámara de seguirdad, aturdidor eléctrico, etc.). Utilizando la tarjeta magnética, abro la puerta que me comunica con un pasillo que dirige hacia la zona médica.
Ahora tengo que encontrar al agente que me va a dar la "intel" para realizar mi trabajo.

martes, agosto 01, 2006

París II

Segundo acto.

Bajando las escaleras, me dirijo nuevamente al bañito de servicio donde dejé escondido mi maletín. Ahora tengo que tener más cuidado, porque voy a regresar por los mismos lugares
donde pasé hace un rato con las manos vacías, y ahora vengo "cargado".
Haciendo gala de un sentido de la oportunidad y el sigilo pocas veces visto, recorro pasillos, entro y salgo de habitaciones al mejor estilo "Pink Panther" (caminando pegado a las paredes), y
finalmente llego a un lugar donde hay una escalera metálica.
Dicha escalera me conecta con la parte más alta del teatro (donde se controlan los telones), y también hay una puerta que me dirige hacia una pequeña habitación. En su interior se encuentra el sistema que sube y baja el gran artefacto luminario en el centro de la sala. Hay un agujero en el piso, hecho evidentemente por las reformas, por el cual bajo hacia un andamio que está apoyado sobre el piso de un palco en el último nivel del teatro.
Desde allí puedo ver claramente a mi segundo objetivo.

Cada vez lo veo más cerca...

Mencioné que tengo en mis manos el WA2000?
Ah! No lo hice?
Bueno, creo que es un buen momento para mencionarlo, no?

Además, si es por mencionar algo, se nota que el embajador yankee no está ni ahí con el fútbol, porque después de parar el proyectil de frente, no se movió mas.
Los que si se movieron fueron los bodyguard que estaban con él.
Este es el momento indicado para hacer mi salida de escena. Trepo por el andamio, desarmo el WA2000, lo pongo en su correspondiente maletín y procedo a retirarme.
El avispero quedó bastante alborotadito, teniendo en cuenta que el último disparo se escuchó bastante (no tengo silenciador para este útil adminiculo).
Debo reconocer que ahora sí que parezco un tanto sospechoso, vestido de obrero y con un maletín negro deambulando por ahí. Me tomo el tiempo necesario para volver al lugar donde dejé escondido mi traje. Trato de no ser visto por nadie, y para eso me valgo de mi "gadget", aprovechando cada vez que veo que alguien camina por algún pasillo hacia una dirección, yo me mando por la opuesta (siempre y cuando esa dirección opuesta me acerque a mi destino). Varios minutos después llego al lugar donde dejé mi traje (el bañito de servicio que mencioné al principio) y ya listo, salgo puertas afuera del teatro.

Fin de la función.

El caché que cobré por esta actuación no estuvo nada mal...

martes, julio 25, 2006

París

Teatro de la Opera de París.

A continuación, asistiremos a una retrospectiva de la obra de Puccini, donde recorreremos su obra, analizando también los aspectos extra musicales que llevaron al músico a incluír en su composición lírica, temas de su propia vivencia, así como también se pueden apreciar, críticas sociales comprometidas con sus fuertes ideas políticas.

Pah!
Como que tuve un golpe de cultura totalmente inexplicable. Ni que hubiera visto la temporada completa de El Sello de Hoy.

Al Teatro de la Opera en París voy, pero no a ningún simposio cultural. Voy a despacharme a un par de objetivos. El principal cantante lírico y su amigote el embajador de USA (pavada de amigote).
Parece ser que al cantante le gusta "ponerse íntimo" con jovenzuelos y jovenzuelas (mayores de 18 abstenerse), y su buen amigo el embajador, se encarga de proporcionárselos, amaprado en su cargo. De mas está decir que en esta especial amistad hay más que mera admiración; acá hay amor.
Arribo al teatro con mi maletín de trabajo que contiene papeles varios, una merienda, un rifle tipo sniper WA2000 y algunas cositas mas.
Traspasando la puerta principal noto una gran cantidad de gente que deambula por su hall principal, guardias y obreros varios.

Ah caramba!

Parece ser que están de reformas, preparándose para la temporada regular.
Tendré que arreglármelas para encontrar un momento y lugar adecuados para interrumpir el ensayo que se está desarrollando en estos momentos. El sr. embajador ni siquiera se permite perderse un solo ensayo de su "amigovio", y siempre está en un palco preferencial, de frente al escenario. Cabe acotar que no va solo a los ensayos; tiene "bodyguards" por todos lados.
Habiendo previamente consultado a mi "gadget", me escabullo rápidamente hacia una puerta que tengo a mi izquierda (solo para el personal del teatro). Bajo una escalera y llego al subsuelo del teatro, donde me encuentro con un trabajador haciendo sebo, sentado sobre una caja. Sin que se de cuenta, entro en un baño de servicio, dejo mi maletín escondido, y procedo a usar la jeringa.

Tuvee tu venenooo tuve tu amoor y también tu...

Sorry...
Anyway.

Lo escondo en una caja (convenientemente cerca) y me propongo a pasearme por las entrañas del teatro, con una vestimenta más adecuada para la ocasión. Sigo las instrucciones de mi
aparatejo y me dirijo hacia una escalera que me va a comunicar con la parte trasera del teatro, donde se encuentran los camarines y vestidores.

Haciéndome el gil (como tantas otras veces), me dirijo hacia la escalera en cuestión. Asomo mi cabecita tras bambalinas, y aparezco en los pasillos que van hacia los camarines. Diviso rápidamente el que busco (tiene terrible estrella dorada en la puerta, además de un "bodyguard" made in USA).
A pesar de lo que todo el mundo piensa, los guardaespaldas tienen sentimientos (y también van al baño), momento que aprovecho para colarme dentro del camarín del tenor.

Hacete un Do de pecho con esto!

Lo surto con un par de plomos silenciados calibre .45, lo escondo y me voy (todo antes que el bodyguard salga del toilette).

Le llegó el gran final...
y cantó para el carnero!

miércoles, julio 19, 2006

Si vas para Chile... II

... y se va la segundaaa!!!

(digo, para seguir con el clima telúrico)

Ahora que la puerta ya no tiene guardia a la vista (está nadando con los pececitos, allá abajo...), procedo a ingresar en la hacienda.
Obviamente, esta entrada no es la principal, ya que desemboco en un área donde hay unas cajas de madera apiladas y una puerta que comunica con el patio principal, donde se desarrolla en estos precisos momentos la fiesta de presentación del vino.
Trepo sobre las cajas de madera, que están convenientemente apoyadas sobre un muro, y llego a otra zona de la residencia (como un pequeño jardín interno), con plantas varias, una palmera y una fuentecita.
Los guardias vienen incluídos.

Espero escondido tras la palmera a que uno de ellos entre en la casa y paso subrepticiamente al lado del otro guardia (que está dormido). Entrando en la casa propiamente dicha, cruzo una gran habitación de recreo (porque no creo que la mesa de pool esté para otra cosa) y me escondo en un armario. Con tranquilidad me tomo unos minutos para chequear mi "gadget" y planear un poco mi estrategia. Por lo visto, este uniforme de guardia que llevo puesto de manera tan "chic", no se usa por estos lares. Acá se usa algo más del tipo paramilitar; borceguíes, caquis y gorrito de visera. Voy a tener que agenciarme uno de esos, si no quiero pasar por "demodé" (y pasar a mejor vida también).
Salgo de mi escondite y comienzo a recorrer habitaciones vacías hasta llegar a un pequeño hall de distribución. Por una de las puertas entro en la cocina, y a través de ella, accedo por una puerta hacia un patio (no el principal), donde hay trabajadores estibando cajas, custodiados por algunos guardias. A mano izquierda, aseguarado a la pared, hay un caño de desagüe, por el cual trepo hacia el techo de la cocina.
Caminando por el mismo, tengo acceso a las ventanas de las habitaciones del primer piso. Entrando por la ventana, ingreso en la biblioteca/sala de música y me encuentro con mi objetivo Nº1: el veterano.
Absorto con su interpretación en el violoncello, no se percata de mi presencia. Desde atrás del piano de cola, lo emboco con un plomito en la nuca.

Debo acotar a esta altura, que antes de partir a esta misión, la gente de la Agencia me habilitó con ciertos "upgrades" para mis utensilios. Por una módica suma, mi pistola Silverballer .45 cuenta ahora con silenciador incorporado, así como también cuento con munición acorde al caso. Dejo el cuerpo despatarrado en el piso (ni me molesto en esconderlo) y vuelvo por donde entré.

Mi segundo objetivo se pasea desde el patio principal hasta la bodega subterránea, acompañando en una suerte de "tour turístico" a sus invitados.
Regreso a la cocina y consulto a mi aparatejo nuevamente. En el pequeño hall de distribución que está afuera, hay una puerta que me conduce a unas escaleras, que a su vez me llevan a lo que vendría a ser la parte trasera de la bodega.
Bajando por la misma, y llegando casi al final de 4 tramos de escalera, me encuentro con un guardia (de los paramilitares). Para de pecho un par de plomitos y yo me lo llevo escaleras arriba.
Además de hacer ejercicio, aprovecho sus vestimentas y lo escondo en un freezer horizontal que está en la cocina.
Ahora puedo pasearme a mi antojo por la bodega y buscar a mi segunda "marca".
La parte trasera de la bodega no es otra cosa que el laboratorio de "cameruza" del nene. Recorro un poco más y llego a una especie de recámara donde se pueden ver 3 ó 4 grandes toneles de madera incrustados en la pared. De cerca me percato que uno de ellos es falso, y tiene una especie de compuerta.
La atravieso y llego a la bodega propiamente dicha. Busco un buen escondite y espero.
Pocos minutos después puedo ver entrar a mi objetivo y desde las sombras lo llevo a las mismas, cortesía de una bala calibre .45.
Lo escondo (a este sí, porque hay una cantidad de gente en la vuelta y quiero tener tiempo de una retirada honrosa), y procedo a irme por donde vine.

Haciéndome el gil, salgo de la hacienda con rumbo hacia donde dejé mi traje. Luego de pegar el cambiazo de indumentarias, comienzo a transitar una senda que zigzagea hacia abajo, hacia el río, donde en un pequeño muelle reposa un hidroavión. Ese es mi pasaje de ida, al cual llego, no sin antes esquivar un par de trabajadores y guardias que andaban en la vuelta.

De souvenir, me traje una botellita...
... digo, para despuntar el vicio.

A la salud de los billetitos que van viniendo!

jueves, julio 13, 2006

Si vas para Chile...

Si vas para Chiiileeeee.....

te pido viajeeerooooo......

que ya que estás por ahí te "limpies" a un viejo militar retirado amigo del "Pinocho" y que para disimular ya que estás también "limpies" al hijo que es un dealer de aquellos y de paso la muerte del vejete la toman como daño colateral de una venganza de un grupo de dealers enemigo del hijo que lo matan porque lo quieren sacar de la competenciaaaaa.....

Tá, ponele que para componer letras de canciones folklóricas y para la métrica ando medio "malena".

Tá, ponele que la música no es lo mío.

Hasta Chile llego, con el propósito de eliminar a un militar retirado, amigote de Pinochet, y de paso cañazo, elimino al hijo también (él es el daño colateral). La ocasión elegida es la presentación de un vino producido por los viñedos de esta gente. Llego como convidado de piedra a la fiesta que se está celebrando en una "pequeña" casa de campo, a la orilla de un acantilado, coronado por una espectacular cascada que cae a un río, varios (varios, muchos, pila) metros abajo.

Consulto a mi viejo y querido "gadget"...

Paréntesis.

Si se preguntaban porqué no había utilizado mi "gadget" en la misión del parque de diversiones, la respuesta es bien simple: extravío de equipaje.

Al llegar de Europa a Norteamérica, me desayuno con que me habían extraviado el equipaje y lo habían enviado a Surinam.

Anyway.

Como iba diciendo...

Consulto a mi viejo y querido "gadget" para ubicar objetivos y todo eso. Circundo la hacienda (que está rodeada de un muro en toda su extensión) y me dirijo hacia los fondos, que limitan con una zona de vegetación abundante y pared de piedra casi vertical incluída.
Puedo divisar a un guardia haciendo el recorrido perimetral de esta zona, y procedo a seguirlo con cautela...

Cautela y yo le anudamos un cable de fibra en el cuellito y lo sacamos de contexto (ah bueno...! de a dos no vale...!)

Sorry for that...

Me agencio una vestimenta apropiada para la situación (vaqueros, chalequito camuflado, botas, sombrero) y un arma (escopeta .12).

Chiflando bajito vuelvo sobre mis pasos, y me dirijo hacia una de las entradas (no la principal). Dando la vueltita al recodo, y aprovechando que sólo diviso un guardia a lo lejos, apoyo la escopeta contra el muro y me dirijo hacia el mismo.

Rápidamente le aplico una inyección (letal) y luego lo lanzo por encima de un vallado hacia el río que corre allá abajo.