Mac Ramsey (former agent of NSA, now BHU)

jueves, junio 08, 2006

Back in Black

Se acabaron las vacaciones.
Fue bueno mientras duró.

Lo que dejó de durar fue el dinero.
Escasea.
Tengo gustos refinados y caprichos caros, así que la llamada de la agencia vino de perillas.

Me consiguieron una changuita en el Nuevo Mundo (léase América).
La tierra de las oportunidades.

Y para que la transición no sea muy traumática, tengo que hacer un trabajito en un parque de diversiones. Más precisamente "en" el dueño del parque.
Está bastante venido a menos (el parque), por no decir que está en la hoja. El motivo por el cual se vino abajo es porque parece ser, que hace un tiempo atrás, el dueño de dicho parque escatimó gastos en el mantenimiento de sus atracciones mecánicas, y la rueda gigante se fue "a rodar la vida" dijera Pito Fáez... digo Fito Páez.
El detalle (que no es menor), fue que la rueda gigante estaba cargada de gente cuando se fue a dar "una vuelta".
Requisito "sin equanon", que antes de despachar al dueño del parque, le muestre la foto del hijo del cliente, para que sea la útlima imagen que se lleve de este mundo.
Tengo que ir a buscar al sujeto en cuestión a lo que queda del parque que, como está en desuso, ahora tiene un nuevo rubro de explotación. Luego de caer en bancarrota por la serie de juicios e indemnizaciones, mi "trabajito" se asoció con unos morochos "dealers" (y no precisamente de huevos de pascua!).
El viejo parque semi-derruido es ahora una próspera guarida-laboratorio de sustancias.
O sea que antes de despacharme al objetivo, tendré que pasar desapercibido (o no) entre los "fuckin´ dealers".

Me acerco a la entrada principal del parque y me encuentro con una gran puerta de rejas cerrada. Afuera de la misma, un taxi estacionado de puerta abierta, con un rastro de sangre que se pierde puertas adentro del parque.
No hay timbre, pero si portero.
Generalmente los porteros saben vida obra y milagros de vecinos y zonas aledáneas, así que le pregunté por el dueño del parque en cuestión. Pero resulta que este portero se trabajó un desconocimiento total del personaje buscado... hasta que mencioné el sobrenombre del futuro fiambre.
Ahí como que se le aclaró la mente, y mencionó que el sr. se encontraba, no sin dejar de preguntar quién era yo y cual era el motivo de mi visita.
Perdí medio minuto en "medir" a mi interlocutor; tenía toda la pinta de haber salido de un video de hip-hop, los vaqueros baggies, la bandana atada en la capocha y todo el "bling bling" que podía cargar encima. Lo único que le faltaba era esa prótesis dental que se ponen algunos raperos, esas que están cubiertas de brillantes.
Como no tenía brillantes a mano, procedí a usar las rejas de la puerta de entrada e incrustárselas en toda la "face".
Luego de traspuesta la puerta principal, comienzo a estudiar la situación. El único camino posible parece ser entrando por una tienda de regalos que está a mi izquierda, y a partir de ahí ver como me las ingenio para seguir.
Recorro la tiendita (vacía y derruida) y llego hasta una puerta lateral. Puedo ver a través de una vitrina a dos guardias, con vestimentas similares al portero.
Cabe acotar que dentro de mis pertenencias no cuento con armas de fuego, pero si cuento con mi siempre fiel cable de fibra.
Entre otras cosas, tengo unas moneditas y procedo a usar el truco más viejo del mundo. Abro la puerta y lanzo una moneda para despistar ("sale una chapa, valor?").
Cayeron como unos ingenuos; desarmo fácilmente al primero y luego los mando de viaje a la tierra del "nunca jamás"...
Escondo los cuerpos dentro de la tiendita de regalos, y me chompireo sendas H&K calibre .40.

Ahora me dirijo hacia una especie de pequeño teatro (o por lo menos es lo que dice en la marquesina), y dentro me encuentro con una imagen conocida.
Una especie de sicario frente a su víctima. Un pobre infeliz sentado en uno de esos elefantitos para niños, de esos que hay que ponerles una moneda y se mueven de adelante hacia atrás. Se ve que era quien venía como pasajero en el taxi que vi a la entrada; está atado y de ojos vendados, mientras el sicario lo interroga y amenaza con prenderle fuego.
Me acerco sigilosamente por detrás y, cable mediante, le hago terminar el interrogatorio. No voy a aceptar ningún tipo de competencia, este tipo de menesteres son mi forma de vida
y no pienso compartir.

PD. Back in Black es una notoria alusión a mi vestimenta laboral (traje negro).