Mac Ramsey (former agent of NSA, now BHU)

martes, julio 12, 2005

Sweet taste of India II

Playa.
Or something like that...

Mas bien es una especie de bahía con un pequeño muelle para atracar embarcaciones de escaso calado (que tal?).
Además del muelle, se puede ver una construcción estilo palacio (o palacete), propio de estas latitudes. Está sobre una especie de desnivel sobre la playa, sobre una loma o símil, con un pintoresco caminito que une al palacete con las blancas arenas, de aguas color turquesa.
Empiezo a creer que si sigo viajando por la mitad del globo como hasta ahora, voy a terminar como Julio Alonso y sus "Viajes del Doce". Digo, preguntando choteces con cara de boludo.

Lentamente se acerca un guardia perfectamente trajeado y con un simpático turbante en su cabeza (nota: no pienso hacer el chiste fácil de juntar "mas" y "turbante" en una misma oración o frase. He dicho.).
Nos ponemos a charlar animadamente y finalmente accede a prestarme su indumentaria por un rato...
Ok... ok... le fajé la nuca de un balazo. Ya está. Ya lo dije. Contentos?
Una somera y rápida inspección de los alrededores me indica que por la entrada principal no voy a llegar muy lejos, no en este mundo, pero sí podría hacerlo en el otro mundo, "pijamita de madera" mediante. Caminando por la estrecha franja de arena, encuentro la desembocadura del sistema de desagüe (otra vez no, otra vez a los caños no...), el cual comienzo a transitar en búsqueda de una salida a la superficie. Finalmente asomo mi capocha en una especie de mirador o parecido, que emerge en el medio de un estanque, fuente (o que se yo), con nenúfares y otras plantas acuáticas, bien dentro del complejo médico este. Si salgo por acá, no voy pasar desapercibido ni a dar una imagen muy creíble.
Bajo nuevamente al ducto y pruebo otro acceso, este sí, mas disimulado en su salida, tras unas cajas. Emerjo por el mismo y comienzo a recorrer esta suerte de patio interno-jardín, buscando los sitios de interés dentro de la misma.
Primero entro en una habitación y me pruebo uno de estos pijamitas anaranjados tan de moda por estos lares. Deambulo por los pasillos con cara de "monje fuma nube de pedos", tipo esas caritas que se ven en carteles de seminarios de paz interior, meditación , iluminación, corte y confección. Esas caras de "llueve bosta y no tengo paraguas, pero estoy bien con mi luz interior..."
Fuchi! Puaj!

Entro en una almacén de depósito y encuentro un frasquito con veneno (muy acorde con mi misión). Dicho sea de paso, mi misión consiste en eliminar a la dra. en jefe de este establecimiento, quien atiende al líder espiritual de la secta que se "choreó" las ojivas. Como detalle adicional, nadie debe enterarse del hecho, por lo cual no puedo dejar el "body" por ahí nomás (además no puedo hacer ningún ruido que delate mi accionar).
En el almacén encuentro también a algunos guardias que terminan amontonados tras unas cajas (sin vida, "off course").
Con el frasquito en el bolsillo, me dirijo cantando bajito hacia otra habitación, donde cambio mis indumentarias por un aconsejable batón blanco y pantuflas. El plan estaba en marcha; hacerse pasar por paciente y tener una entrevista con la dra. en cuestión.
Dicho y hecho, como por arte de magia todas las puertas se abren para mí. Una enfermera me guía hasta el piso superior, donde me deja en compañía de la dra., quien empieza a comentarme detalles de mi próximo transplante de riñón (hey, ya tengo dos, no preciso un tercero!).

Anyway.
Yadda, yadda, yadda... (copyright Seinfeld)

Mientras se asoma al balcón, aprovecho y vierto el veneno en un vaso con agua que encuentro en su escritorio.
Dos sorbos más tarde la galena quedó dura como talón de indio.
Como "bartender" soy fatal.

Raudo y veloz, la arrastro fuera del alcance de cualquier enfermo o enfermero que deambule por las inmediaciones de su oficina.
Destino final, un depósito de insumos médicos. Paradójico, no?
Deambulo en bata por los pasillos hasta el lugar por donde emergí en primer término.
Desagüe mediante, aparezco otra vez en la playita.
Podría asolearme un poco, pero ahora que recuerdo no traje conmigo el "tangabol" ni el bronceador.

Otra vez será.