Mac Ramsey (former agent of NSA, now BHU)

jueves, julio 07, 2005

Sweet taste of India

Pow! Holy cow!

Estoy en la tierra de las vacas sagradas: la India.
Lugar donde la única vaca loca es la de los chocolates Milka (por haberse teñido de violeta). Más que loca es considerada una vaca psicodélica.
Flower power.

Anyway.

Estoy aquí por un motivo, razón, causa, circunstancia.
Resulta ser que los sres. de pijamas naranjas que aparecieron en el helicóptero a recojer las ojivas nucleares no eran, precisamente, los enviados originalmente a recuperar dichos artefactos. De ahí mi extrañeza al verlos bajar de un helicóptero con insignias ruso-soviéticas.
Acá estoy rastreando el lugar donde esta gente se esconde.
Y no son una gente cualquiera.
Pertenecen a una secta adoradora de la vieja diosa Khali.
Y dije Khali, no Cali, por lo tanto no son colombianos mercados ni hinchas del América de Cali. Nada de hacer extrañas asociaciones de ideas.
El hecho en sí, es que esta gente no es lo que se dice pacífica (como el resto de los hindúes y otras religiones que pululan por la India). Khali es la diosa de la Muerte, y para ofrendarla, los sres. se dedican a asesinar.
Recorro callejuelas varias hasta llegar a un garage, donde me espera mi primer contacto, quien además de facilitarme cierta "herramienta" (una escopeta Spaz 12), me indica el sitio donde encontrar a mi segundo contacto (con tanto contacto parezco electricista). Este último me pondrá al tanto de mi verdadera misión por estos lares.
Me interno en la maraña de callecitas, tratando de esquivar a los sres. de pijama anaranjado, y tratando de no quedar muy pegado cargando una escopeta calibre 12.
Llego hasta un local de alfombras (que original) y entro. Me encuentro con el segundo contacto, quien me comenta que según lo que él sabe, esta secta tiene escondidas las cabezas nucleares en algun lugar de su templo. No está muy seguro, pero para acceder a ellas, primero tengo que llegar al líder espiritual de la secta. Y eso no va a ser fácil.
De pique, nomás, este tipo me comenta que no sale porque hay un par de asesinos de esta secta que tienen orden de matar a cuanto extranjero ande en la vuelta (o sea, él y yo estamos en la lista). Me pide que antes de mostrarme como llegar hasta mi objetivo final, asesine a los asesinos (que cosa, no?), y que luego les saque fotos, para certificar oficialmente su desceso.

Temporada de conejos!!
Temporada de patos!!
Conejos!!
Patos!!
Temporada de asesinos!!

No me iba a estar arriesgando al "tecue". Siguiendo las coordenadas de mi "gadget", atravieso rápidamente las calles, sin importarme un rabainto chacrero si me veían o no.
Cual gallego conduciendo un tractor a 90 k/hm, me puse a sembrar el pánico.
Primer objetivo localizado, en una especie de plazoleta flanqueada por tienditas de comestibles y varios.
Oferta de perdigones para el Sr.!
Tomá, que te los saque Cadorna!

Y ahora a sacar las fotos (mientras vienen a mi mente los acordes de la canción "Take a picture" de Filter).
De camino hacia el segundo objetivo, voy limpiando cuanto "empiyamado" encuentro.
El segundo asesino está escondido en el segundo nivel de uno de estos mercados, en una plazoleta cercana. Entro en una tiendita, subo una escalera y allí lo encuentro, sentado en una silla, rifle sniper en mano y mirando hacia la plazoleta.
Escopetazo mediante termino mi labor, mientras sigo tarareando "Take a picture", cámara en mano.
A ver, ahora de perfil... estás bárbaro! ...ahora mirá a la cámara! ...que pose!

Vuelvo donde mi contacto y le muestro las fotos. Todavía impactado con mis dotes de fotógrafo, me indica un depósito de su tienda como el lugar de salida del poblado donde estoy. Mi rumbo será un hospital privado, en la costa, donde se van a atender los miembros de la secta.
Una vez allí, sabré más detalles de la misión.

Vamos a la playa oh oh oooh oooh!
No te olvides de la toalla oh oh oooh oooh!
Para secarte bien la raya oh oh oooh oooh!