Mac Ramsey (former agent of NSA, now BHU)

lunes, junio 13, 2005

Big in Japan II

Izquierda ...
... o derecha?

Luego de la puerta principal, tengo dos puertas, una a cada lado. De frente una pared (not an option).
Derecha.
Escalera.
Guardia.
Tomá.
Le quito el arma (una HK MP5 con supresor de sonido, a.k.a. silenciador), y empieza la fiesta.Ya me cansé de andar sigiloso y silencioso, por lo tanto procederé a dar rienda suelta a mis ganas de terminar de una vez con esta misión y con los fríos que estoy sufriendo; hay que entrar en calor y no se me ocurre mejor manera que mandando al freezer a todo aquel que se me cruce.
Las alusiones a la temperatura y clima están a la orden del día.
Y como se suele decir ..."en la cabeza que no renguea!"
De repente algo cae de uno de los tirantes de madera que apuntalan y sostienen a esta remozada fortaleza nipona: un ninja, posta posta, de "verdura", the real thing!
Corrección, no uno, varios, y armados con katanas.

Ok.
Ya se que los puristas de las artes marciales van a saltar con el hecho de que los ninjas no usaban katanas, que usaban una versión más corta y recta (cuyo nombre se me escapa en estos momentos), y que la katana era usada por los guerreros samurai.
Si, todo eso es verdad, pero, que quieren que les diga... yo no me iba a poner a discutir seria y formalmente al respecto de dicho tópico.
First shoot, then ask.

Luego de limpiar considerablemente los alrrededores, busqué y desactivé los otros dos generadores que alimentaban la seguridad del castillo en sí (había un tercero escondido).
Ahora si.
A la fortaleza, propiamente dicha.
Dentro se encuentra un helipuerto, con un helicóptero estacionado (que otra cosa iba a haber... una Vespa?).
Tengo varios pisos a recorrer, y como es de esperarse, mi objetivo, el venerable yakuza, se encuentra en el último piso (con la llave magnética que abre el lugar donde se guarda el sistema de guía de misiles, en el sótano). Yo subo y bajo, subo y bajo. Para cuando termine estas misiones, voy a poder poner una sandía en la articulación de la rodilla y partirla como con un cascanueces gigante.
Evidentemente el frío empezó a hacer mella en mi pobre cabecita.
Razonamientos como el anterior son plausibles de sanción.
Luego de hacerme con nuevas pilchitas y cargadores varios, sigo mi carrera ascendente en el mundo de la masacre interracial (no discrimino a nadie), y también ascendente en el castillo.
En cada piso al cual accedo, chequeo mi "gadget" para reconocer la situación. En algunos niveles no digo ni "hola", en otros no queda ni el loro.

En una de las escaleras me cruzo con alguien que tiene todo el aspecto de una concubina.
No está armada, no representa peligro alguno ... no veo porque se tiene que salvar.
A pesar del ajustado vestido tradicional que lleva puesto, pasa como bala al lado mío.Y mis balas la pasaron al otro lado.
Chequeo su status y descubro entre sus ropas una llave magnética, la cual sospecho me va a ser muy útil.
Y nada mejor que una puerta con barrotes láser para que yo la use.
Atrás de la puerta más ninjas saltarines y pendencieros.
Esto tiene un color digno de "Cine Ninja", aquel viejo rejunte de películas ochentosas, donde nunca faltaban los ninjas coloridos: rojos, azules, verdes, amarillos y hasta rosados!!!
Nada que envidiarles a "Karate for ever" del gordo Casero.
Al fin el último nivel, al fin el padre y el hijo se van a poder ver las caras en el más allá (si es que existe algo similar). Al fin el camino de regreso.
Bajando presurosamente las escaleras llego al sótano.
Una sala llena de trofeos se abre frente a mi. Entre los trofeos, el sistema de guía de misiles. Además, me choreo una extraña .22 con silenciador incorporado y, como si fuera poco, un souvenir regional (si es souvenir es regional, choto!), una katana original.

Cuando vuelva a casa voy a re-mirar "Kill Bill", para repasar el uso de este noble artefacto.
Me subo al helicóptero al mejor estilo "Air Wolf", y me mando para casita.

Por allá no está tan frío.

Tecito mediante.